miércoles, 22 de abril de 2020

Crónica 39ª. El virus al que no le gustaba el petróleo

La imagen global del coronavirus parece una bolsa donde todo se encuentra entremezclado. 

Varios países de Europa han conseguido controlar la pandemia y comienzan a aflojar las medidas de distanciamiento social. En Noruega, los jardines infantiles, las peluquerías y las ópticas pueden reabrir con ciertas condiciones. Planes similares se están avanzando para Austria, la República Checa y Alemania. Se anuncian pruebas combinadas con la implantación de aplicaciones de telefonía móvil para el seguimiento del virus con las medidas de confinamiento aliviadas. El monitoreo del virus en estos países, así como en China y Corea del Sur, podría servir como un estudio de caso temprano, arrojando luz sobre la duración potencial del virus y el profundidad de impacto que puede tener en la economía general.

Por otro lado, la situación en Reino Unido, Rusia y Bangladesh, así como en Nueva York y Nueva Jersey, empeora rápidamente. Lo peor aún está por venir en estos y muchos otros países. En Nueva York, las muertes diarias son ahora del 4 por 100.000, más del doble que los niveles observados en España e Italia.

El tráfico rodado global esta semana estuvo en el nivel más bajo contemplado en muchos años, cayendo un 10% adicional en comparación con la semana anterior. El número de vuelos de pasajeros disminuyó más del 90% en siete países clave y en un 58% en los EE. UU. Esto supone una destrucción de la demanda mundial de petróleo de 27,5 millones de barriles por día (bpd) en el mes de abril. La demanda de combustible para aviones probablemente alcance los 2,3 millones de bpd en mayo frente a las estimaciones previas al coronavirus, que eran de 7,3 millones de bpd.



Se anticipa un cierre masivos de los campos de producción de crudo debido a la rapidez con que se están llenando los almacenamientos. El acuerdo actual de la OPEP + contribuirá a estos cierres, pero los recortes anunciados no son lo suficientemente grandes como para asegurar el equilibrio en el mercado. Serán necesarios más cierres y llenar las reservas estratégicas de petróleo. Los productores de petróleo esperan altos precios del petróleo para 2022, pero parte de la capacidad que se va a cerrar tendrá dificultades para volver a estar en línea rápidamente cuando resurja la demanda. Además, el nivel más bajo de perforación dará como resultado un nivel de producción insuficiente para cuando se vuelvan a abrir los campos, lo que provocará una escasez de petróleo en 2022.


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