lunes, 6 de abril de 2020

Crónica 19ª. El virus que infundía olvido

La gente se cansa de estadísticas. Ayer mismo, sin ir más lejos, un buen amigo mío defendía con cierta rudeza la realidad de los "hechos puros y duros" (el número absoluto de muertes) frente a las valoraciones de las matemáticas: "La gripe mató a 6.500 personas (en un periodo de tiempo), la Covid-19 (en ese mismo periodo) a 12.000". Cuando uno se queda con los números, y no trasciende más, pierde por el camino cuestiones muy relevantes.

Vaya por delante que hace tiempo que abandonamos el debate de si la Covid-19 es una gripe o no lo es. A estas alturas, cualquiera ha debido aprender las diferencias existentes entre un resfriado, una gripe y la Covid-19. 

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Si acaso se necesita repaso, aquí va uno:
  1. El resfriado común es una infección viral del sistema respiratorio superior. Los rinovirus causan alrededor del 30% al 50% de los resfriados. Sin embargo, más de 200 virus diferentes pueden causar el resfriado común. Los resfriados son contagiosos, pueden propagarse de persona a persona y tienen un período de incubación de aproximadamente 1-7 días. La duración de un resfriado (cuánto dura) es de aproximadamente 7-10 días. Sin embargo, dependiendo de la cepa viral, un resfriado puede durar hasta 2 semanas. Los resfriados son una enfermedad leve de las vías respiratorias superiores con secreción nasal y congestión nasal sin fiebre. Los médicos diagnostican principalmente los resfriados mediante la observación clínica y la historia clínica. No se necesitan pruebas.
  2. La gripe es una infección viral del sistema respiratorio superior o inferior. Los virus de la gripe causan síntomas más graves en el sistema respiratorio que los virus del resfriado. La gripe es contagiosa, puede propagarse de persona a persona y tiene un período de incubación de aproximadamente 1-4 días. La duración de la gripe varía de aproximadamente 5 días a 2 semanas, dependiendo de la gravedad de la infección. La gripe puede convertirse en una enfermedad intensa y potencialmente mortal (neumonía) en algunas personas. Las características distintivas de la gripe incluyen fiebre leve a alta, dolor de cabeza moderado a intenso, tos, fatiga y dolores, molestias corporales. La gripe severa puede tener síntomas que se desarrollan rápidamente y requieren atención de apoyo. Los médicos diagnostican la gripe según los síntomas clínicos y mediante pruebas de laboratorio fácilmente disponibles.
  3. La COVID-19 es un coronavirus de ARN de cadena positiva y sentido positivo. Es una nueva cepa de coronavirus responsable de causar los problemas respiratorios graves que comenzaron en Wuhan, China. Se sospecha que se originó a partir de animales infectados y que saltó a infectar a las personas en un gran mercado abierto de mariscos y animales. Está relacionado con los coronavirus SARS y MERS. Tiene un período de incubación de 2 a 14 días. La propagación de persona a persona puede ocurrir incluso si la persona infectada no presenta síntomas durante el período de incubación. Las personas infectadas pueden no ser conscientes de que tienen el virus y no mostrar síntomas. Los síntomas principales son fiebre alta, tos de moderada a severa, y dificultad para respirar. Otros síntomas y signos pueden incluir dolor de garganta, diarrea, dolores y molestias corporales, y congestión nasal o secreción nasal. El 80% de los pacientes se recupera sin seguir tratamiento específico, el 20% restante puede requerir algún asistencia respiratoria.
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La dificultad para respirar es la clave de la Covid-19. En general, la gripe o un resfriado no causan dificultad para respirar a menos que se haya producido una neumonía, y es esta la causa de que los pacientes fallezcan. La neumonía es una enfermedad común y afecta a millones de personas todos los años. La pueden causar bacterias, virus y hongos. En los adultos, son las bacterias la causa más común de neumonía. 

La gripe es más eficiente. Su factor de contagio es inferior a la Covid-19, pero si usted se encuentra uno cualquiera de los virus de la gripe, es seguro que la contraerá. En cambio, Covid-19 no produce síntomas en un importante grueso de la población. Una característica común es que ambos afectan más a la gente mayor. La epidemia de gripe de 2017-218 duró 13 semanas (tres meses) y tuvo una tasa de mortalidad del 5,7% entre los casos hospitalizados de gripe (inferior al 9% del coronavirus actual). Las muertes se produjeron sobre todo en mayores de 64 años y el 98% tenía "algún factor de riesgo de complicaciones". Al igual que pasa con el coronavirus, la tasa de mortalidad de la gripe depende del momento y del lugar (ya lo dijimos en un post anterior): el Instituto de Salud Carlos III tasó la de mortalidad de la gripe 2017-2018 en el 2,1%, mientras que en Estados Unidos la tasa aproximada se encuentra entre 0,04% y 0,16%.

Una diferencia importante entre la Covid-19 y la gripe estacional estriba en la existencia de vacunas y terapias para la gripe estacional. De momento no hay ni lo uno ni lo otro para la Covid-19. Además, la gripe no puede ser contenida, pero la Covid-19 sí. Pese a que los síntomas de los dos virus es similar, es en la fracción de las infecciones graves donde se evidencian las diferencias más importantes. Para el actual coronavirus, los datos fecha sugieren que el 80% de las infecciones son leves o asintomáticas, el 15% graves, que requieren oxígeno, y el 5% críticas, que requieren ventilación. Son más altas que las observadas para la gripe.

Pero volvamos a los "hechos puros y duros" que mi amigo reclamaba. 

Un hecho. Apena pensar que las 6.500 personas fallecidas por gripe no son importantes, porque son olvidables (de hecho, se les ha olvidado). Sus muertes, al parecer, no duelen, o duelen menos. Cuando el coronavirus aún era una cuestión china, las organizaciones sanitarias ya denunciaban que la actual epidemia de gripe colapsaba las urgencias y que, en anteriores campañas, se habían visto obligados a ubicar a pacientes en pasillos. Faltó recitar el número de muertos y colocarlos a todos en una curva. Hoy nada de todo eso importa. Todos los fallecidos son por coronavirus, nos han confinado en casa por coronavirus y el único peligro para la humanidad es el coronavirus. Qué más da si las personas con mayor riesgo de contraer una infección grave por gripe son los niños, las mujeres embarazadas, los ancianos y pacientes con enfermedades crónicas, así como con inmunodepresión. Las pautas de exterminio del actual coronavirus, con su obcecación por la edad avanzada y la comorbilidad parece que se extienden al universo entero de población del planeta. 

Un hecho. Queríamos parecer jóvenes. Ser inmortales. Pero el coronavirus actual se ha ensañado con una viruencia tan demencial en países (¿modernos?) como España e Italia que apenas damos crédito. Los viejos mueren en las residencias sin que nadie los pueda atender. Eneas, escapando de la destrucción en Troya, portaba a su padre Anquises a la espalda. Nosotros, si hemos de llorar las muertes, será porque el obligado confinamiento nos prohíbe acudir a las residencias a tratar de impedir que nuestros padres mueran en soledad y abandono. Ya ni el consuelo del acompañamiento en la muerte nos dejan. Ha llegado el Ángel Exterminador y solo los políticos saben cómo hacerle frente.

Un hecho. El coronavirus se empeña tenazmente en ser la epidemia más mortal de todas. Recitamos a diario el ritmo de contagios y el número de fallecidos, volcándonos en debates estériles sobre una curva, una meseta y un pico. La gente sigue muriendo, pero solo importa el coronavirus. Todos morimos por coronavirus. Incluso la economía. Esta humanidad hipocondríaca, melancólica, suicida, en que nos hemos convertido, ha encontrado en este virus la razón definitiva para su desesperación. 

Y el último hecho. Triunfan las autocracias y se desangran las democracias por las heridas que dejan los muertos. Como en la Tebas de Edipo, las autocracias victoriosas (China) tenderán la mano a las democracias agotadas (Europa), incapaces de articular la democracia contra una ahora terrible y nueva enfermedad que convierte a cada líder político en un francotirador apostado desde su soberbia contra todos los ciudadanos libres.


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