martes, 14 de abril de 2020

Crónica 29ª. El virus que no contagiaba a los paseantes

El distrito Centro de Madrid, con una superficie de 5,23 kilómetros cuadrados, contiene una población de 149.718 habitantes. Su densidad de población es de 13 personas cada 100 metros cuadrados. 

Si las autoridades permiten salir a dar un paseo diario de una hora entre las 9 de la mañana y las 7 de la tarde (durante 10 horas), y cada hora sale el 10 % de la población, en una hora señalada puede haber casi 15.000 personas caminando por el barrio. ¿Es alto el riesgo de contagio entre ellos?

Si pasean al azar, el número total de encuentros entre ellos es de tan solo 63 y se necesitan 1.667 horas para provocar una sola infección con un R0 de 4. Si se permite pasear durante 10 horas al día a la población, transcurridos 166,7 días encontraríamos un nuevo contagio, suponiendo que el 20% de la población es contagiosa, el 10% es inmune y la restante puede contagiarse.

¿Por qué entonces se mantiene el arresto domiciliario? La presidenta de la Asociación Española de Ciencia Política apunta que las razones no son sanitarias, sino políticas: «El Gobierno quiere enviar un mensaje a Europa, especialmente en un contexto en el que se va a necesitar ayuda económica. Para evitar transmitir la imagen de un país que pide ayuda pero que no es capaz de dirigir bien la crisis, lo que hace el Ejecutivo es endurecer las condiciones vitales de la ciudadanía. La libertad de la población se ofrece como sacrificio».

Como bien apunta alguien, tal vez las autoridades piensan que somos unos aprovechados inconscientes deseosos de hacer trampa y que necesitamos mano dura (como pensaba la dictadura de Franco). La profesora Elizondo, asegura: «Yo no creo que nuestra sociedad sea así —incívica—. Si nos hubieran dado la opción de salir a hacer algo de ejercicio cumpliendo unas distancias lo hubiéramos respetado de la misma manera que lo hacen otros países, no creo que la Europa del norte sea más cívica. Pero no nos han dado la opción».

Jordi Pérez-Nieva, catedrático de Derecho Procesal, critica inconsciencia de algunas autoridades anunciando o implementando medidas draconianas incompatibles con los derechos fundamentales, así como la docilidad de los ciudadanos al aceptar la vulneración de sus derechos contando incluso con la colaboración de algunos sujetos que se han convertido en delatores privados. Todo ello es justo lo que ocurre en cualquier dictadura. 


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