jueves, 21 de mayo de 2020

Crónica 72ª. El virus que usaba mascarilla ahora sí, ahora no

Tiene este Gobierno una cualidad que, en otras circunstancias, sería hilarante. Recomienda hoy lo que mañana desaconseja o prohíbe. No son vaivenes. Es no tener ni idea o tener una idea muy frágil de las cosas. 

Fernando Simón, el mismo que hace unas semanas recomendaba no llevar mascarilla porque no servía para evitar contagios, ahora insiste en que sea obligatorio. Incluso reconoce que nos ha mentido porque, dice, hizo aquella recomendación porque sabía que el Ministerio era incapaz de comprarlas. Será que el coronavirus contagia menos que la mentira, de la cual el presidente, jefe último de don Simón, perdón, don Fernando, es aventajado experto. No sé si hay que ser muy chulo o muy indigno para semejante afrenta.  

Con esto de la política nos estamos olvidando de los comités científicos repletos de epidemiólogos y sabios, de esos que lo mismo sirven para un roto que para un descosido. Total, no hay apenas decisiones científicas, sino intuitivas, en este barullo de la pandemia. Lo que sí hay son decisiones políticas y, como en el caso Sánchez, desacertadas casi todas. De los datos y análisis de los científicos se puede desprender tanto un pan como unas tortas, como en España, o una estrategia óptima de freno del virus, caso de Suecia. 

Qué lástima todo. El doctor Noesno parecía medio tonto, pero ha resultado medio listo. Convence a la otrora intrépida e irreductible Inés Arrimadas para otros quince días de dictadura bajo el órdago de solicitar treinta o cuarenta, cuanto más mejor. Claro que no son pocos quienes aplauden a la dirigente naranja por su centrismo y predicar con el ejemplo de la tolerancia su propia depuración. Ahora resulta que ser de centro es pactar con el que está en la bancada azul cualquier cosa que este proponga, sin importar su contenido. Por eso decía lo de medio listo, porque de golpe y porrazo, el presidente ha encontrado un partido de diez diputados con el que diluir su propia responsabilidad sobre todo lo que ha sucedido. El apoyo de los vascos o del turolense o de la canaria están muy bien, pero esas van con concesiones. La de los naranjas no tienen ninguna y, de tenerla, es papel mojado. Los naranjas solo querían salir en la foto antes de su muerte clínica en la creencia de que podrían salvarse algo.  


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