miércoles, 3 de junio de 2020

Crónica 79ª. El virus que quiso combatir el racismo

Siglo XXI, pero la cuestión racial sigue pareciendo eterna en Estados Unidos. Todos conocemos ya la trágica y muy lamentable historia. Derek Chauvin, ejerciendo como miembro del Departamento de Policía de Minneapolis (MPD), junto con los agentes Tou Thao, Thomas Lane y Alexander Kueng, arrestan a George Floyd por intento de pago en un comercio con un billete falso de 20 dólares. La cosa acaba en homicido en tercer grado (es el que aplica cuando el homicida no tiene intención de causar la muerte) y pronto la fiscalía lo eleva a segundo grado. Chauvin aplasta el cuello de Floyd con una de sus rodillas. Alguien graba la escena, donde se escucha al arrestado implorar al policía que no le mate, que le permita respirar. George Floyd fallece poco después en la comisaría. El vídeo se difunde. El jefe de la MPD,  Medaria Redondo,  despide a los a cuatro agentes de inmediato. Chauvin es arrestado poco después. Los otros tres expolicías no habían sido acusados en un primer momento, pero la máquina judicial estadounidense es imparable y ya se han firmado las órdenes de arresto. Estados Unidos se incendia. Las manifestaciones contra el racismo devienen disturbios cada vez más violentos, reprimidos también con violencia por la policía. Cada noche, desde entonces, se suceden auténticas batallas campales en todo el país. En algunas ciudades, policías y manifestantes han decidido marchar juntos en las manifestaciones para tratar de reconducir la situación: esto sucede en New Jersey y California, Dakota del Norte y Michigan. Hasta el momento hay miles de detenidos y heridos, disturbios y saqueos constantes (incluso en la Quinta Avenida) y una sensación extendida de guerra urbana que lleva ya cinco días y no cesa. Ni violentos, ni saqueadores, ni tampoco Donald Trump, parecen acordarse de la pandemia. La Casa Blanca enciende aún más el discurso. 

En España se han organizado marchas en lugares como Zaragoza o Gerona para protestar por la brutalidad policial en Estados Unidos. En Gerona, decenas de manifestantes increparon en las puertas de los juzgados a la Policía Nacional por lo sucedido en Minneapolis y, de paso, saquearon un supermercado en Salt. Por si no fuera poco, EH Bildu Nafarroa ha denunciado la violencia racial en Estados Unidos, alegando que lo que desean es vivir en una Euskal Herria sin ningún tipo de exclusión. Por si alguien se ha extraviado en el calor del penoso asunto, les recuerdo dónde se encuentra Minneapolis (Estado de Minnesota) y dónde se encuentra España.




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