sábado, 13 de marzo de 2021

Post Crónica 5: razones genéticas tras la Covid-19


La COVID Human Genetic Effort ha dado a conocer los resultados de un estudio donde se trata de explicar el desconcertante problema de por qué la COVID-19 a las personas de manera muy diferente. Aunque no suele ser asunto habitual en los comentarios, es sabido que algunas personas se recuperan rápidamente del virus, otras ni siquiera saben que lo tienen, y algunas enferman gravemente e incluso fallecen. 

Al parecer, una de las razones por las que algunas personas por lo demás sanas se enferman gravemente es la presencia de puntos problemáticos desconocidos en el sistema inmunológico que obstaculizan su capacidad para combatir el virus. Según los resultados hallados en cientos de personas de distintas razas infectados con COVID-19 potencialmente mortal, un pequeño porcentaje de quienes sufren los síntomas más graves portan mutaciones raras en genes que alteran sus defensas antivirales. Otro 10% con COVID-19 grave produce "autoanticuerpos" que deshabilitan erróneamente una parte del sistema inmunológico en lugar de atacar al virus.

En todos los casos, el resultado es el mismo: el cuerpo tiene problemas para defenderse del SARS-CoV-2, el coronavirus que causa el COVID-19. La razón biológica es que no hay suficiente variedad de proteínas de señalización, los interferones de tipo I, cruciales para detectar virus peligrosos y hacer sonar la alarma para prevenir enfermedades graves.

Esta investigación ha sido dirigida desde el Instituto Médico Howard Hughes y la Universidad Rockefeller de Nueva York. El equipo de trabajo comenzó a estudiar a personas infectadas con COVID-19, particularmente adultos jóvenes, para determinar si las debilidades inherentes de su sistema inmunológico podían explicar su vulnerabilidad al virus a pesar de ser jóvenes y saludables. Con referencia a hallazgos anteriores en otras enfermedades infecciosas, el equipo científico estaba especialmente interesado ​​en un conjunto de 13 genes involucrados en la inmunidad impulsada por interferón.

En su primer estudio, publicado en la revista Science, los investigadores compararon este conjunto de genes en 659 pacientes con COVID-19 potencialmente mortal con los mismos genes en 534 personas con COVID-19 leve o asintomático. Resultó que 23 de ellos, el 3,5% de las personas con COVID-19 grave, portaban mutaciones raras en genes implicados en la producción de interferones antivirales. Esas aberraciones inusuales nunca aparecieron en personas con enfermedades más leves. Los investigadores continuaron demostrando en estudios de laboratorio que esos errores genéticos dejan a las células humanas más vulnerables a la infección por SARS-CoV-2.

El descubrimiento resultó intrigante, pero dada la rareza de las mutaciones víricas, no explicaba la mayoría de los casos de COVID-19 severo. Por ese motivo, otra de las ideas manejadas por los científicos fue determinar si resultaba cierta la hipótesis de que quizás ciertos pacientes de COVID-19 grave también carecen de interferones por diferentes razones. 

En un segundo estudio, publicado también en Science, los investigadores encontraron que 101 de 987 pacientes (más del 10%) de todo el mundo con COVID-19 potencialmente mortal producían anticuerpos rebeldes que paralizaban sus propias defensas antivirales. En el torrente sanguíneo de estos individuos se detectaron autoanticuerpos contra una variedad de proteínas de interferón. Esos anticuerpos, que bloquean la actividad antiviral de los interferones, no se encontraron en personas con casos más leves de COVID-19.

Curiosamente, la gran mayoría de los pacientes con esos anticuerpos dañinos eran hombres. Los hallazgos podrían ayudar a explicar la observación de que los hombres tienen un mayor riesgo que las mujeres de desarrollar COVID-19 grave. Los pacientes con autoanticuerpos también eran un poco mayores, con aproximadamente la mitad mayores de 65 años.

Quedan aún muchas preguntas abiertas. Por ejemplo, todavía no está claro qué impulsa la producción de esos autoanticuerpos debilitantes. ¿Puede haber más mutaciones en genes relacionados con la defensa antiviral que los investigadores aún no han descubierto? ¿Es posible que el tratamiento con interferón pueda ayudar a algunas personas con COVID-19 grave? Dicho tratamiento puede resultar difícil en pacientes con autoanticuerpos, aunque ya se están realizando algunos ensayos clínicos para explorar esta posibilidad.

Los hallazgos, si se confirman, tienen algunas implicaciones potencialmente inmediatas. Es posible que la detección de la presencia de autoanticuerpos dañinos en los pacientes ayude a identificar a los que tienen un mayor riesgo de progresar a una enfermedad grave. Los tratamientos para eliminar esos anticuerpos del torrente sanguíneo o para estimular las defensas antivirales de otras formas también pueden ayudar. Idealmente, sería una buena idea asegurarse de que el plasma convaleciente donado que ahora se está probando en ensayos clínicos como tratamiento para el COVID-19 grave no contenga esos autoanticuerpos disruptivos.


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